Creo que he llegado a un punto de mi vida en que he entendido que yo soy la principal causa de mis problemas, yo solo me complico mi existencia, o contribuyo a que se vuelva más difícil, lamentablemente, también he descubierto que no puedo hacer mucho para cambiar esta situación, lo cierto es que dicha conducta forma parte de una personalidad totalmente definida y estructurada, difícil de cambiar; soy un tipo aprensivo y nervioso, unas veces confundido y amargado, otras tantas negativo e iracundo, me cuesta trabajo tomar decisiones, pues no me gusta equivocarme, y menos aún admitir que he cometido algún error, y a la par soy rencoroso y vengativo; más en mi defensa puedo decir que adoro reír, me encanta platicar con mis amistades y aun más escucharlas, creo que soy el cómplice adecuado para hacer “travesuras”, un respetable socio cuando se trata de trabajo, un apoyo incondicional en los momentos dificiles, y aunque no lo crean, se guardar secretos cuando mis verdaderos amigos lo necesitan.
Me considero una persona inteligente y culta; en general, no soy una persona “muy a la moda”, sino más bien con un estilo muy personal; en mi vida, la música se encuentra por sobre todas las cosas, con ella llevo una relación muy especial desde que era pequeño; un día tome la difícil decisión no volver a tocar ningún instrumento musical, eso fue cuando comencé a sentir que con ello la música perdía cierto misterio; soy un fiel lector, no comprendo mi existencia sin los libros; la escritura es en mi necesaria, por mi trabajo y por convicción forma parte de mi ser.
No me gustan los deportes, pero más que nada, al igual que Jodorowsky, aborrezco el futbol, aunque creo con los años, y más que nada por la influencia de mi hermano, he aprendido a tolerarlo; casi no practico deportes, hago algo de natación y solía practicar spinning hasta que en el dos mil siete me lastime la rodilla en un concierto de Interpol.
No me gusta llorar y menos en publico, es un lujo que sólo me he permitido un par de veces, como cuando reprobé algebra en la prepa o cuando me puse ebrio en Mazatlán; en contraposición, disfruto reír, no me importa si mis carcajadas son estridentes o molestas, he descubierto que la risa me hace una mejor persona, y la verdad, es un placer del cual no estoy dispuesto a prescindir.
En un momento de mi adolescencia adquirí el hábito de leer cómics, y aunque parezca niñería, me volví un coleccionista incurable, la verdad no me interesa lo que la gente piense en relación con esta actividad, lo cierto es que varias de las piezas que atesoro han aumentado considerablemente de valor, lo cual para muchos es una buena aunque inverosímil inversión, de ahí que me valga madre lo que piensen. Desde que trabajo, destino gran parte de mi dinero cada año para ir conciertos, se ha vuelto un vicio, algunas de las banda que he visto han sido Interpol, Oasis, Radiohead, y en un par de meses veré a Depeche Mode; otro de mis vicios de adolescencia fue el ajedrez, me gustaba –y aún me gusta– el control que se ejerce sobre las piezas, pero con el tiempo he perdido la habilidad, principalmente porque no tengo un compañero con quien jugar, de hecho, aún busco uno que no se ría de mi actual nivel tras varios años alejado del tablero de recuadros blancos y negros.
Aunque suene a cliché, solamente una vez me he enamorado, pero es mejor no hablar de ello. Tengo una madre a la que venero, probablemente será la única mujer de mi vida, y sin embargo, siempre estoy discutiendo con ella, el motivo es simple, somos muy similares; quiero a mi familia, aunque en ocasiones me vuelva loco. En cuanto a mis amistades, no son muchas, pero si muy variadas, formo parte de distintos grupos o “sectores”, todos muy disímiles entre sí, desde los hippies a los rockeros, pasando por los esnobs hasta los incultos, hasta llegar a los desaliñados o los obsesivos de la limpieza. Me gusta tener amigos, pero haciendo cuentas, estos son superados en número por la cantidad de amigas que aún conservo, y es que aunque las mujeres son bastante complicadas, me divierto más platicando con ellas, pero es quizás por esa constante convivencia que he llegado a entender que no podría soportar jamás una a mi lado, a menos de que fuera mi madre, mi hermana, una prima, mi madrina o una amiga.
He descubierto que no me interesa pensar como me veré o que estaré haciendo dentro de veinticinco años, tengo una pequeña noción de ello, más prefiero no pensar en eso, como ya lo dije, bastante me complico ya el presente como para ponerme a meditar sobre un futuro incierto, por eso prefiero vivir este día, poco a poco, despacito y con la preocupación necesaria, riendo más de la cuenta y llorando le menos posible.
THE CIRCLE ORLY HAS ONE SIDE.