Como muchos lo esperábamos en los últimos meses, tras las grandes expectativas iniciales, el lineup de la octava edición del MANIFEST no resultó nada atractivo a comparación del cartel del año pasado, e incluso que el de años previos. Si bien presentará bandas interesantes como The Teenagers, Black Lips y The Constantines, en mi muy personal opinión, el resto de la bandas carecen del impacto necesario para seducir a un número considerable de fanáticos de la buena música, y la razón no es tanto porque dichas bandas sean “malas”, sino porque considero que ninguna de ellas tiene el peso suficiente para asumir la posición de un headliner atractivo, que forzosamente debe tener un festival; y es que aunque nos quieran vender que The Prodgy, que otrora fuera una banda revolucionaría (el “otrora” es la clave de todo), y hoy solamente es atractiva para sus fans (que aunque no dudan en rendirles culto, lo cierto es que con el tiempo dichos fans han menguado en número), tiene la capacidad para ello, la verdad es que la misma no es suficiente, pues si lo fuera la habrían elegido para encabezar el Virgin, el Lollapalooza (ok, lo fue en el ’97, pero de eso ya hace un ch…orro) u otro festival .
Para este año, junto con la ya citada The Prodigy, los organizadores del MANIFEST irrisoriamente han colocado a la cabeza del lineup a 30 Seconds to Mars, la “popular” pero nada innovadora (por mencionar sólo uno de sus defectos) banda liderada por Jared Leto, actor y antiguamente novio de Lindsay Lohan, y según cuentan las malas lenguas de la farándula (jajaja, me sentí en Ventaneado), “juguetito sexual” de la socialité más vulgar del mundo: Paris Hilton (no quiero ni pensar en la cantidad de infecciones que ambas mujeres le transmitieron a Leto… no, que asco).
Ciertamente 30 Seconds to Mars tiene algo bueno o llamativo, pues de otra manera no creo posible que tengan tantos adeptos, bueno, esto también es cuestionables, pues si me basó en números, los pendejos “Rebeldes” tienen muchos consumidores (ups, me equivoque, quise decir fans) y no por ello pueden ser considerados buenos… buenos… ¿modelos? (de plano es imposible considerarlos cantantes, ya ni hablar de músicos, sería un insulto para los miembros de tan noble gremio).
En fin, volviendo al tema (después de aprovechar el espació para esparcir veneno en contra de los ya mencionados imbéciles R…, ya saben lo demás), aunque la banda de Leto difícilmente será de mi agrado o recibirá mi aprobación (ni pensar en recibir mi admiración como músicos), creo que pueden llegar a merecer de alguna forma mi respeto, principalmente debido a la función social que cumplen dentro del mundo de la música (alguien tiene que entretener a ese sector de la población de que se constituye sus fans), es decir, 30 Seconds to Mars es una banda que, aunque sin mayores cualidades distintivas que el atractivo de sus integrantes y el exceso de rimel en sus parpados, compone una clase de rock que agrada a un gran número de personas alrededor del mundo; además que hay que reconocer que Jared y compañía han tenido el tino de ampararse de un productor “notable” como Josh Abraham, que ha hecho de su trabajo algo bastante estructurado y pulcro, que aunque no les llevará pasar a los anales de la historia como “la mejor banda de todos los tiempos” (jajaja, ni la burla perdono), tampoco habrá de representarles un boleto de entrada al “Salón de la Infamia del Rock”.
Atendiendo a lo anterior, y tomando en cuenta los aires que pretendía alcanzar el MANIFEST, parece incongruente que los organizadores optaran por incluir dentro del lineup a una banda como 30 Seconds to Mars (la cual no estuvo contemplada por casi ninguno de los fanáticos para integrar el festival), sin embargo, esta decisión encuentra sentido al imaginarnos los deseos de dichos organizadores por llenar sus bolsillos, como quizás pudieron llenarlos el año pasado, ya que dihca situación les permitiría hacer frente a los gastos generados hasta el momento, quizás les generaría una utilidad, e incluso, por qué no decirlo, garantizaría la subsistencia del MANIFEST, al menos para el año venidero. Partiendo de este punto es más fácil entender la forma en que esta integrado el cartel, tanto con bandas con una propuesta interesante, pero desconocidas, como con agrupaciones nada trascendentes pero sí muy populares, y en consecuencia bastante redituables para el negocio que puede llegar a ser el festival (que de seguro lo es).
Un fenómeno similar al antes expuesto se da con el Motorokr 2008, con la diferencia de que las bandas que integran su lineup superan por mucho a las del MANIFEST, por ejemplo, Nine Inch Nails, de la cual sólo es necesario mencionar el nombre de su líder, Trent Reznor, para producir una reverencia ante tal figura y genio de la música; vaya, incluso hasta Paramore constituye una opción mas atractiva dentro del mencionado Motorokr 2008 (lo cual ya es mucho decir), que 30 Seconds to Mars o División Minúscula en el MANIFEST.
En fin, así están las cosas y no hay nada que se pueda hacer; si el año pasado el MANIFEST mereció aplausos por la gran revelación que representó como festival, en gran medida debido a su impresionante cartel, el cual no era únicamente destacable porque INTERPOL fuera su headliner, sino porque en conjunto todas las bandas participantes representaban una propuesta inteligente; este año habrá de pasar sin pena ni gloria.
P.D. Con un lineup como ese (aunque tenga a THE TEENAGERS), no vale la pena ir a pasar hambre y frío a Santa Fe en pleno noviembre… y yo que si soñaba con ver a Kings Of Leon en el MANIFEST, snif, snif, snif.
jueves, 18 de septiembre de 2008
MANIFEST 2008: CARTEL DECEPCIONANTE
viernes, 16 de mayo de 2008
OTRA VEZ EL MANIFEST

viernes, 2 de mayo de 2008
PIDIENDO TRES DESEOS A UN GENIO LLAMADO MANIFEST
Los organizadores del Festival MANIFEST, a través de su pagina web están realizando una encuesta a fin de conocer los músicos que los fans desean ver en los escenarios de dicho festival este año; para ello, al ingresar a la página oficial se solicita que uno vote por dos bandas internacionales y una nacional, dé su nombre y dirección de correo electrónico.
Siguiendo un poco los comentarios en el “MySpace” del MANIFEST, es posible darse cuenta que el deseo generalizado de los seguidores de este festival es poder ver a RADIOHEAD, deseo que comparto pero cuya realización me parece difícil si se toma en cuenta el mal carácter de Yorke, el malestar que le provoca viajar a la Ciudad de México y por supuesto, la filosofía ecológica de la banda que los obliga a reducir sus presentaciones con el fin de no contaminar al usar aviones o algún otro medio de transporte.
Sin embargo, es posible que una correcta alineación de los astros, un clima adecuado, una placida noche de sexo, y uno que otro cañonazo de dinero, seduzcan RADIOHEAD y acepten venir a México, claro, siempre y cuando los organizadores del MANIFEST en verdad atiendan a las opiniones de todos los que ya han participado de su encuesta y arreglen aquellos pequeños errorcitos que puedan molestar estos británicos. Por lo pronto yo ya vote por las bandas que quiero ver, igual y en una de esas se me hace el milagrito, ¿o no Sr. Yorke?
Frota el logo y pide tus tres deseos:

domingo, 6 de enero de 2008
I PROMISE TO COMMIT NO ACTS OF VIOLENCE (TERCERA Y ULTIMA PARTE)
CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA EN LA CIUDAD DE MÉXICO PARA ASISTIR AL MANIFEST 2007
TERCERA Y ÚLTIMA PARTE

CAPÍTULO CINCO.
BESANDO A LA PERSONA AMADA,
MIÉRCOLES 26 DE DICIEMBRE.
Tirados sobre alfombras suicidas, rodeados de almohadones roídos, en un ambiente lúgubre y frió, tomando sendas tasas de café mientras conversábamos de los últimos eventos de nuestras vidas; Miriam, Abraham y yo nos volvíamos a reunir en un pequeño establecimiento del centro de nuestra querida y contaminada ciudad natal, Torreón.
Mis amigos y yo no nos habíamos vuelto a ver desde hace casi dos meses, principalmente por el trabajo y la distancia que nos lo impedía, pero ahora las vacaciones navideñas nos permitían juntarnos una ves mas para conversar como siempre de un sin fin de temas, pero principalmente de nuestro tópico favorito: la música. Obviamente fue inevitable no tocar el tema del MANIFEST, y ligado a él estuvieron la serie de sucesos que se desencadenaron en mi vida tras aquél concierto, el primordial fue mi caída al finalizar el festival.
De cómo ocurrió aquel bochornoso y ridículo incidente no me gusta hablar mucho, en primer lugar porque no es un tema importante, y en segundo, porque al recordarlo siento que se empañan mis memorias de aquella hermosa noche en Santa Fe tras haber visto a INTERPOL; basta decir que al abandonar el Parque Alameda me caí en una pequeña colina cercana al escenario rojo, golpeándome fuertemente la rodilla izquierda, la cual comenzó a hincharse rápidamente; en un inicio no le di importancia al golpe, pero al llegar a Torreón el dolor era tal que me vi obligado a ir al hospital; tras practicárseme los exámenes de rutina se me diagnosticó una fractura en la tibia, situación que me obligó a usar un yeso durante casi un mes (uno de los más aburridos de mi vida). Lo gracioso (si es que se le puede llamar gracioso) fue que el doctor que me revisó erró su diagnostico (situación que atribuyo a su juventud e inexperiencia), en realidad nunca tuve fractura, sino un derramamiento de liquido sinovial de mi rodilla, por lo que no era necesario el pinché yeso ni el enclaustramiento de que fui victima, pero así fueron las cosas, y aunque se pueda pensar lo contrario, no fui atendido ni en el IMSS o el ISSSTE, hospitales gubernamentales con mala fama por los pésimos servicios que brindan a los derechohabientes, sino en un hospital privado sumamente reconocido en Torreón, lo que me demuestra que el dinero no siempre compra lo mejor, jajajaja.
Luego de la breve y obligatoria explicación de lo sucedido aquél domingo veintiocho de octubre y mi actual estado de salud, volvimos a tocar el tema del MANIFEST, hablamos de la gente que asistió al festival, las bandas que tocaron, la organización, hablamos de Santa Fe, la música y el frió, pero en algún momento de la conversación mencione a manera de comentario aislado, sin darle la atención adecuada, que la presentación de INTERPOL me había parecido en verdad corta, a pesar de que la banda tocó un extenso setlist de casi dos horas de duración, sin embargo, Miriam me daría la clave a lo que pasó esa noche y de por qué el tiempo se me fue volando, con una sencilla pero romántica alegoría dijo: “…es que no hay nada como ver a tu banda favorita en vivo, es como besar a la persona amada…”.
Aquellas palabras penetraron en lo más hondo de nuestros cerebros, y al menos en el mió aun siguen clavadas, y es que la verdad no hay nada como ver a tu banda favorita en vivo, pues hacerlo representa la más noble muestra de cariño por ella (que no necesariamente debe ser correspondido), es brindarle tus respetos y admiración, es entrar en comunicación con la melodía y la música, sincronizando tus sentimientos con los de otros de miles de personas que al igual que tu están ahí por una sola y única razón: ver a aquéllos individuos, aquéllos seres cargados de defectos (pues a fin de cuenta son humanos), alcanzar en un instante a través de su música un estado cuasi divino, que logra elevar al éxtasis a todos los presentes, y eso es el amor, y eso es besar a tu banda favorita mientras escuchas la delicada o poderosa melodía, mientras tus labios entonan la canción que se ha convertido en el himno que da sentido a tu vida.
En ese momento, escuchando la risa que a Miriam le había provocado sus propias palabras y viendo como Abraham se reacomodaba nuevamente sobre su almohada, en ese café underground de Torreón, con sus alfombras sucias y sus almohadones roídos, sintiendo un frió similar al de aquella noche de otoño en Santa Fe, comencé a recordar ese sorprendente veintisiete de octubre de dos mil siete, en que por fin bese a mi banda favorita de rock.
CAPÍTULO SEIS.
IT’S LIKE LEARNING A NEW LANGUAGE.
SÁBADO 27 DE OCTUBRE.
Pasan los minutos, minutos que parecen eternos, minutos que transcurren demasiado lentos y en los que nada ocurre; aquel escenario de la enorme estrella de hierro en el fondo sigue vació, y mi corazón esta frió ya no sólo mi cuerpo. De pronto, las dos pantallas colocadas en ambos costados del imponente escenario rojo se iluminan arbitrariamente, para comenzar a proyectar una serie de videos a los que nadie prestaba atención.
Finalmente el escenario fue ocupado, pero no por quien yo deseo, sino por el pequeño staff de apoyo que se dispuso a quitar los últimos aparatos e instrumentos de THE RAPTURE y colocar los primeros de INTERPOL. Los técnicos se mueven de manera rápida, trabajan muy profesionalmente, revisando cada detalle, para que nada perturbe la comunión que el público y la banda habrán de celebrar en cualquier momento.
Es curioso lo que uno llega a recordar más vividamente, ya que no siempre suele ser el suceso principal el que primero se grava en la memoria, sino los pequeños pero indispensables detalles que dan sabor la vida. “…The best you ever had, The best you ever had, Is just a memory and those dreams, Weren't as daft as they seem, Not as daft as they seem, My love when you dream them up, Oh, where did you go? Where did you go? Where did you go? Woah…”
Cante aquella fantástica canción sin pesarlo ni un momento, no me importó “el que dirán”, pues como si en realidad fueran los Arctic Monkeys los sujetos a los que fielmente aguardaba en ese gélido parque de Santa Fe, coreé hasta la última estrofa “Fluorescent Adolescent”, rola cuyo video era proyectado en las gigantescas pantallas y que fue el último al que preste importancia en la noche. De esta manera, los “Monos del Ártico” se hicieron presentes en el MANIFEST, y definitivamente más presentes que otras bandas que ahí estuvieron. El espíritu de los Arctic Monkyes estuvo en el MANIFEST como él de los BEATLES estuvo en el Woodstock, pues aunque nunca ocuparon los escenarios del mítico festival, las rolas del cuarteto de Liverpool fueron de las más aplaudidas por el público que las escuchaba gracias a las grabaciones que fueron tocadas en el festival.
Los Arctic dan paso a otra proyección, pero esta ves no es un video, sino la presentación de la tenebrosa banda inglesa llamada THE HORRORS, la banda de los sujetos con los cabellos alborotados a la Robert Smith y los rostros pálidos hundidos cuales zombies. Las rolas de THE HORRORS me habían perseguido las semanas previas al evento, en verdad me habían conquistado, más que por sus sonidos tétricos por sus melodías retro que me hacían recordar a las psicodélicas bandas de la década de los sesenta, parecidas a lo que solían tocar THE ZOMBIES o THE KINGS en esa época.
Lamentablemente, había tomado la difícil decisión de no ver aquella agrupación en el escenario verde para alcanzar un mejor puesto en el rojo, como así lo habían hecho otras miles de personas, situación que quedó palpable cuando en las pantallas se mostró el escaso publico que los veía, sin embargo, THE HORRORS se entregaron fervientemente a su publico con el mismo animo que si fuera una marejada de sujetos.
Como si de una señal se hubiera tratado, al oscurecerse las pantallas, un robusto sujeto calvo salió por el costado izquierdo del escenario, portando entres sus manos la guitarra Gibson Les Paul color rojiza que habrían de tocar en poco tiempo las níveas manos de Daniel Kessler y con la cual se desvivirá para alcázar los acordes adecuados; aquel trillado acto represento para mi el conjuro que me hizo perder la conciencia y la noción del tiempo, lo cierto es que me desconecte de la realidad, lo siguiente recuerdo es la ya conocida voz en off diciendo: “… desde Nueva York, Estados Unidos, INTERPOL…”.
Entonces el escenario rojo se torno en azul celeste, mientras una leve estela de humo blanco lo cruzaba rauda y sigilosamente, con lo cual, cuatro espigadas figuras ocuparon sus sitiales en el tablado; no recuerdo lo que la gente gritó, no recuerdo si aun sentía frió, no recuerdo los aromas y sinsabores de la noche, pues lo siguiente que recuerdo y que ocupa gran parte de la memoria en mi cerebro, son la serie de notas que Daniel Keslsser comenzó a tocar con su guitarra, mientras una quinta y última figura vestida de negro ingresó furtiva pero elegantemente en el escenario, como si de un gato de Angora se tratara: era Paul, el chico de la figura delgada, la piel amarilla, los ojos azules y los cabellos dorados, totalmente abrigado con una bella chamarra de cuello alto y un pequeño gorro de estambre; se frotó sus larguiruchas y blancas manos mientras de su boca se escapaba el tibio vaho que atesoraba su cuerpo, para luego ponerse a cantar: “Show me the dirt pile and I will pray, that the soul can take, three stowaways. You vanish with no guile and I will not pay, but the soul can wait, the soul can wait…”.
“PIONEER TO THE FALLS” fue la primera rola que interpretó el cuarteto de Nueva York, ahora bien, al tomar en cuenta eso y basándome en el setlist del COACHELLA 2007, pense que lo más seguro fuera que la siguiente canción interpretaran sería mi himno personal, “OBSTACLE 1”, y así fue, el cálculo era correcto, ya que tan pronto concluyo “Pioneer” los acordes se volvieron más violentes y Mr. Banks comenzó a decir: “I wish I could eat the salt off of your lost faded lips…”.
Aunque muchos entonaron animadamente “OBSTACLE 1”, yo me negué a violentar con mi fea voz el himno al desamor para percibir en todo su esplendor la melodía y la letra de tan bello cántico: “…but its different now that I'm poor and I’m aging, I'll never see this place again, you’ll go stabing yourself in the neck…”.
Después, las canciones que siguieron en turno fueron “NARC”, “SAY HELLO TO THE ANGELS” y “THE SCALE”; me falla un poco la memoria, pero creo que fue en alguna de las pausas de entre esas canciones que finalmente acaeció uno de los actos más esperados en la noche: Paul hablando en español para agradecer la presencia del publico a pesar del frió.
Las palabras de Paul en el español más claro que puedo concebir hasta el momento, pero con un acento fuerte y cantadito, me reincorporaron a mi entorno real, dejando por un momento el éxtasis en el que me había sumergido durante las cinco canciones ya interpretadas por la banda; lo primero que percibí fue nuevamente el cruento frió que bañaba Santa Fe y después los gritos de los ahí reunidos, la mayoría de alegría y éxtasis como yo, y algunos cuantos de suplicas, de peticiones de una canción.
Recuerdo que de entre todas aquellas voces que se confundían entre el cúmulo de ruidos, sobresalía la chillona y molesta vocecilla de una chica que gritaba: "¡NOT EVEN JAIL, NOT EVEN JAIL, NOT EVEN JAIL…”; aunque entendía el deseo de la chica por que tocaran su rola favorita, la verdad si era un poco perturbador estarla escuchando berrear ¡NOT EVEN JAIIIIIIIIIIL!, ésto continuo hasta que de plano otra voz igualmente chillona y desagradable, pero esta vez de un tipo, le contesto rudamente: “…ya callate…”, a lo que la chica respondió obviamente con un “…cállate tu pendejo…”, situación que provocó las risas de todos los que tuvimos la desfortuna de escuchar tan elegante discusión. Afortunadamente para la chica alguien en el cielo escucho sus suplicas, pues la mente de los integrantes de la banda fue iluminada, ya que antes de concluir el recital, INTERPOL interpretó la tan anhelada y momentáneamente polémica “NOT EVEN JAIL”.
Recuerdo que durante la presentación de THE RAPTURE estuve casi adelante del escenario, a pocas personas de la banda, pero conforme paso el tiempo, la masa de gente me obligó a repelerme cada vez más atrás, sin embargo luche por permanecer cercano a la línea primaria de gente, eso me provoco tener una vista espectacular del concierto de INTERPOL, muy adelante y casi al centro (hubiera estado al centro de no haber sido por la pinche vallita de contención); a pesar de este privilegio no pude captar buenas imágenes con mi cámara, pues la fuerte iluminación y los constantes movimientos de la gente a mi alrededor me impedían obtener buenas tomas, por lo que al fin desistí de tomar fotos y disfrutar más relajadamente del concierto. Otra cosa que no pude percibir en ese momento fue la enorme cantidad de gente que estaba detras de mi, casi treinta mil almas igualmente emocionadas; ahora que he visto las fotos panoramicas del concierto, la verdad me resulta algo verdaderamente surrealista y dificil de comprender, sin duda esa es la magia del rock, capaz de reunir a tanta gente tan diferente.
Con el pequeño problemita para tomar las fotos decidí grabar en mi memoria, lo mejor que pude, la manera en que Carlos, Daniel y Sam lucieron; Daniel tocó (como siempre) a la derecha de Paul, portando su clásico traje negro con su camisa blanca, pero además, también llevaba aquella noche un chaleco igualmente negro, recuerdo que cuando Daniel bailaba sin control por la emoción que le provocaba su propia guitarra, era fácil ver que sus pantalones tenían el dobladillo más arriba de lo normal o lo que manda la etiqueta para vestir un traje, pues cuando éste se paraba sobre las puntas de sus pies, el pantalón le quedaba como de “brinca charcos”, vaya, muy cortito; desde mi posición, a lo lejos de él, vi que Daniel es en verdad un hombre bajito, de pies pequeños pero un espíritu enorme, ya que ni Paul, ni Carlos o Sam pueden igualar la emoción que ese chico de barbita corta siente al estar parado en un escenario tocando su guitarra, y eso se noto a simple vista.
Por su parte Carlos, a la siniestra de Paul, vistió un abrigo negro y muy largo como últimamente lo ha hecho, y al igual que Daniel usó un chaleco y un pantalón ajustado y corto (de los tres sólo Paul vestía el pantalón de manera impecable), sin embargo, lo que llamaba la atención de mi bajista favorito, eran su bigotillo intensamente negro y los cientos de cigarros que se fumo para apaciguar su frió durante la noche. A Sam me fue más difícil verlo, Paul me lo tapó casi todo el concierto, sólo recuerdo que el viejo Sam uso un elegante sombrero que me pareció gris obscuro, aunque también pudo ser un efecto provocado por la iluminación, ya que pudo haber sido negro.
La sexta canción del setlist fue "MAMMOTH", que después de escucharla en vivo termino por convertirse en una de las que más canto hasta la fecha, pero fue con la siguiente rola con la que caí en un éxtasis cuasi divino, con la que penetre en la gloria y la ensoñación tan esperada, con la que alcance el más alto placer musical: “TAKE YOU ON A CRUISE”:
“I'm timeless like a broken watch
And make money like Fred Astaire
I see that you've come to resist me
I'm a pitbull in time
The pretence is not what restricts me
It's the circles inside
An anatomy of kisses
And a teacher who tries
And knows how we'll disappear
Would you like to be my Missus
And a future with child
You know we can't get back from here
We can get away…”
“TAKE YOU ON A CRUISE” fue para mi la mejor canción de la noche, inclusive mejor que mi querida “OBSTACLE 1”, “TAKE YOU” fue de la pocas canciones que me permití violentar con mis voz, pues la cante de principio a fin, más que por emoción fue por necesidad, por una intensa hambre de cantar la rola con la que estaba percibiendo las mejores sensaciones de la noche, esa rola fue mi muy intima revelación.
Cantar “TAKE YOU ON A CRUISE” me dejo extenuado, inclusive hasta sentía un poco de calorcito, esa rola fue un bálsamo que le devolvió las energías y los ánimos a mi alma. Aun no me recuperaba cuando precipitadamente llegó el siguiente impacto a mi corazón y mi mente: “NO I IN THREESOME”, la rola con que había sido recibido en mi habitación de hotel al encender la t.v. un día antes:
“…Now the windows are open the moon is so bright
There's no one can tell us what love brings, you and I
Sound meets sound, babe
The echoes they surround
And know that we need is one thing
Now what is there to allow
Babe, it's time we give something new a try
Oh, alone we may fight
So just let us be free, tonight…”
A “NO I IN THREESOME” le siguieron la coreadísima “SLOW HANDS” y la narcótica “REST MY CHEMESTRY”, para luego dar paso a una versión algo lenta de “THE HEINRICH MANEUVER”, situación que enfado un poco a mi amigo Abraham (a quien de plano olvide por complete todo el tiempo que duró la presentación de INTERPOL), pues él consideró que esa rola era para interpretarse rápidamente a fin de provocar que el publico bailara y saltara sin control, pero yo excuse a los de la banda con él alegando que los pobres tenían frió, más Paul que los demás, pues el pobre no dejo de frotarse sus manos y temblar en repetidas ocasiones.
Lo que siguió a “THE HEINRICH” fue otra de las coreadísimas y más esperadas de la noche por todos los ahí congregados: “EVIL”, la mítica, la inigualable, la excelsa, la poética, la semierotica.
“Rosemary
heaven restores you in life
you're coming with me
through the aging the fear and the strife
it's the smiling on the package
it's the faces in the sand
it's the thought that moves you upwards
embracing me with two hands
right will take you places
yeah maybe to the beach
when your friends say you come crying
tell them now your pleasure's set upon slow release…”
La canción previa al único encore de todo el MANIFEST fue la categóricamente polémica “NOT EVEN JAIL”, pues casi al final de esta rola (si mal no recuerdo) se fue la luz; el escenario completo fue invadido por una oscuridad penetrante, de cuyas profundidades únicamente era distinguible una voz que cantaba: “…Oh, but hell is still gone in your hair so free, Can't you feel the warmth of my sincerity? You make motion when you cry, You're making people's lives feel less pride. Don't take time away, You make motion when you cry…”
Amparados por la negrura, los INTERPOL abandonaron momentáneamente el escenario rojo, para retornar a él después de la necesaria serie de aplausos y los vítores que los muchos miles de chicos y chicas recitaban con todo cariño y emoción de la siguiente manera: "¡PAUL, PAUL INTERPOL, PAUL, PAUL INTERPOL!". Aun en la oscuridad la banda (como profesionales que son) regresaron a tocar “UNTITLED”, no sin antes escuchar nuevamente la hechizante voz de Banks diciendo más o menos lo siguiente: “…las luces están apagadas por razones tecnicas, pero nosotros seguimos aquí…”, frases que desencadenaron las alabanzas de casi todos y mi enamoramiento absoluto por esta banda de Nueva York, una verdadera profesional del rock.
Lo positivo de aquel error técnico (que me asegura que al MANIFEST aun le falta mucho para ser el COACHELLA mexicano) fue que en aquella oscuridad la banda me sonó muchísimo más imponente que con luz, no se, quizás fue el hecho de que al no poderlos ver tocar pude conectarme perfectamente con ellos, concentrándome únicamente en los sentimientos más puros que la música me producía. Tan drogado estaba con la rola que no se si la falla se soluciono durante ésta o en el tiempo que interpretaban la siguiente, que fue “STELLA WAS A DIVER AND SHE WAS ALWAYS DOWN”, la última gran canción de la noche previa al cierre que se hizo con “PDA”.
“…there's something that's invisible
there's some things you can't hide
try to detect you when i'm sleeping
in a wave you say goodbye…”
En lo personal me hubiera encantado que cerraran con “THE LIGHTHOUSE”, para mi habría sido el broche de oro perfecto, pero quien soy yo para cuestionar los designios de INTERPOL. Luego de “PDA” Paul dio las gracias a nombre del grupo y se despidió del publico. Ya todo estaba dicho, no había marcha atrás, INTERPOL había terminado su presentación, y aunque aun estaba feliz y excitado por haberlos visto y escuchado, un enorme vació comenzó apoderarse de mi corazón, un vació que muy bien sabía que únicamente sería llenado el día que los volviera a ver.
Pero al menos esa noche fría era un ser feliz, muy feliz, un ser purificado, con una claridad mental y unas energías por disfrutar como nunca de la vida, finalmente había comulgado con INTERPOL, y con eso para mi terminaba octubre y concluía el MANIFEST; mientras mi mente asimilaba las sensaciones y experiencias percibidas, mis piernas se dirigían a la salida, no había nada que obstruyera mi nueva meta, volver a ver a INTERPOL algún día.
FIN




INTERPOL









domingo, 16 de diciembre de 2007
I PROMISE TO COMMIT NO ACTS OF VIOLENCE (SEGUNDA PARTE)
CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA EN LA CIUDAD DE MÉXICO PARA ASISTIR AL MANIFEST 2007
SEGUNDA PARTE
EL SANTA FE DE MAÑANAS FRESCAS, TARDES FRÍAS Y NOCHES GÉLIDAS, CON SUS DUENDES VESTIDOS DE NEGRO.

Aquella luminosa pero fría mañana me levante tarareando la misma rola que me había perseguido toda la semana, y que curiosamente me había recibido en mi habitación de hotel al encender la televisión el día previo: NO I IN THREESOME, la verdad no podía sacarla de mi cerebro, pero en lugar de incomodarme o producirme el clásico malestar o cansancio que suelen generarme mis obsesiones, aquella melodía logró ponerme más feliz de lo que ya estaba aquel fin de semana, raro en mi que suelo levantarme de mal humor o deprimido tras abandonar mis estrambóticos sueños, donde generalmente reina lo malsano y la locura, mezcladas con los sentimientos de paz y tranquilidad que un freak como yo tanto necesita.
De pronto, al ver como cobraban fuerza los endebles rayos del sol que poco a poco se imponían en la oscuridad imperante de aquel cuarto, recordé que dentro de un par de horas estaría en Santa Fe, disfrutando de un excelente e inmejorable sábado de buena música en el MANIFEST. Decidí abandonar la cama y tomar una reconfortante ducha para iniciar adecuadamente el día.
Tan pronto abandoné el baño, Abraham se apoderó de él para hacer lo propio, mientras, yo me vestía con la ropa que había elegido previamente para usar aquel día en Santa Fe, que en su mayoría eran del negro reglamentario para los conciertos: una simple playera, un gorra militar de pana, un par de converse desgastados, una chamarra en forma de abrigo con parka y unos jeans Chaps para darle un toque freak a esa ropa tan rockera; el atuendo lo completaban unos enormes lentes Burberry de piloto, con armazón plateado y cristales humados de un leve degradado para aclararlos, los cuales había adquirido exclusivamente para portarlos durante el festival.
Tras tomar un pequeño desayuno en el restaurante más cercano a nuestro hotel -el cual obviamente era un Sanborns- Abraham y yo abordamos un taxi que nos llevó a Santa Fe; el trayecto no fue tan largo como pensaba, en realidad nos tomó aproximadamente unos veinticinco minutos llegar hasta aquella zona tan exclusiva de la Ciudad de México; SANTA FE es otro mundo, un mundo muy distinto y lejano a lo que es el resto del D.F., el paisaje de aquella pequeña ciudad dentro de la Ciudad de México es sumamente imponente: sus enormes edificios ultramodernos, rodeados por pequeñas colinas de un verde esmeralda más vivo que sus propios habitantes, logra extasiar de sobremanera a todo aquel que los contempla por vez primera, es difícil imaginar que aquel lugar en algún momento llegó a ser un tiradero de basura y que ahora se yergue majestuoso y victorioso como el territorio más caro del país.
El camino más corto para arribar a Santa Fe implica atravesar una colonia “popular” (como comúnmente se les denomina a las colonias poco elegantes y más bien pobres para no rebajarlas), la cual se asimila mucho a los pequeños ejidos de la provincia norteña, que a pesar de estar circundados de grandes ciudades industriales no logran evolucionar, de ahí que llegar a una zona tan pulcra y moderna como Santa Fe, después de atravesar un lugar tan ordinario como aquel, provoque un impacto en los foráneos que realizan una primera visita.
Luego de recorrer un par de minutos las calles de Santa Fe en el taxi, éste finalmente se detuvo en el estacionamiento del Parque Alameda, donde habría de realizarse la séptima edición del MANIFEST, que con esta última entrega lograba su consagración definitiva dentro de este nuevo “boom” de festivales de música en México, que en lo personal me esta encantando. El Parque Alameda es como cualquier otro, no tiene nada fuera de lo normal, como otros parques tiene bellos árboles y apacibles áreas verdes donde reposar, pero la verdad los he visto más impresionantes en el norte del país, inclusive en Torreón hay parques más singulares e interesantes que la Alameda de Santa Fe, pues lo único que rescata aquel lugar es el marco de los altos edificios que lo rodean.
A pesar de que el Parque Alameda no tiene una personalidad propia, conforme fueron pasando las horas aquel lugar comenzó a impregnarse de una vibra por demás agradable, una especie de magia producida por la gente que poco a poco llegaba hasta ese sitio. La mayoría de los asistentes eran delgados, y es que parecía como si la regla de oro para ingresar al MANIFEST hubiera sido dejar los kilos de más a la entrada.
Lentamente, los cuerpos esbeltos, con vestimentas extravagantes pero elegantes, caminaron etéreos y desfachatados por entre los árboles de la Alameda, casi todos vestían a la altura de la situación: del negro reglamentario como debía ser; había gente muy variada aquel día, los había desde los rockeros clásicos vistiendo jeans desgastados y playeras negras (como yo), hasta los góticos de vestimentas intensamente obscuras y rostros totalmente pálidos; tampoco faltaron los fashionistas que pronto nos transportaron a las pasarelas con sus elegantes ropas de diseñador, así como los tipos vestidos al estilo “indie”, con sacos elegantes o sweaters vintage, sus jeans de colores variados y sus pequeños sombreros fedora coronando sus cabezas. Pero también hubo chicos y chicas que se unieron en una danza de libertad, donde la andrógina de sus rostros y sus cuerpos, y las prendas asexuadas que portaban, borraron sus géneros sexuales, engañando maliciosamente a todos los que los observaron y seduciendo a los pocos que se atrevieron a admirarlos. La verdad aquella mañana me sentí feliz rodeado por tanta gente, me resultó sugestivo deambular por entre la vegetación del Parque mezclándome con esa a gente tan fantástica; por un instante me sentí el habitante de un bosque hechizado, habitado por misteriosos duendes vestidos de negro.
Antes de llegar a los dos escenarios que se habían instalado para que tuviera verificativo el espectáculo, Abraham y yo nos dimos a la tarea de recorrer los enormes domos blancos y las carpas donde se instalaron los patrocinadores del festival, y aunque todos me resultaron atractivos, el que mejores recuerdos me provoca hasta la fecha es el de los tenis NIKE, no sólo porque fue el mejor arreglado, sino porque casi al momento que mi amigo y yo entramos en él, la rola que comenzó a escucharse fue “Hate To Say I Told You So”, con la cual se hicieron presentes The Hives, de los cuales en un inició se había rumoreado compartirían cartel con INTERPOL. Sin preverlo, aquella rola encendió mi motor interno, deje de responder a mi cerebro, estaba dispuesto a disfrutar al máximo del evento, estaba sumamente excitado, ya quería escuchar la primera banda pero sobretodo me moría de ganas por estar finalmente frente a Paul Banks y respirar aunque fuera por un leve momento el aire que el exhalara.
CAPITULO CUATRO
EL ROJO Y EL VERDE
SÁBADO 27 DE OCTUBRE
Ya eran más de las dos de la tarde de aquel frió sábado en Santa Fe, en cualquier momento habría de iniciar formalmente el MANIFEST en el denominado ESCENARIO VERDE con la banda abridora: THE SEAMUS. Éste espacio era el secundario, cuestión que atribuí únicamente a su tamaño, ya que en él se presentaron excelentes bandas que en nada desmerecían a las mostradas en la tarima principal o ESCENARIO ROJO que era más amplio.
En lo personal me gusto más el escenario verde, si bien era más pequeño, tenía un mejor paisaje de fondo con los enormes árboles y los edificios envolviéndolo, además la iluminación, el sonido y la enorme pantalla colocada detrás del tablado eran excelentes.
Después dar una ronda rápida al escenario verde, Abraham y yo decidimos acercarnos más a él, fundiéndonos con las personas que ahí aguardaban a THE SEAMUS. En un par de minutos la gigantesca pantalla comenzó a proyectar una cortinilla que anunciaba la inauguración del festival, lo cual provocó la algarabía desbordante de todos los presentes. Casi al instante salió la banda ganadora del concurso “Subete” para agrupaciones novel. Aunque no tocaron mal, no lograron llamar mi atención, y creo que tampoco la del resto de los asistentes que comenzaron desplazarse a otras zonas del parque; el problema con THE SEAMUS fue la falta de carisma y una buena voz principal, requieren un vocalista con personalidad y rolas con más fuerza, además me molesto que cantaran en ingles, me chocan estas bandas mexicanitas que escudan su falta de talento en la rima en inlges, porque supuestamente son más fáciles de componer.
THE SEAMUS paso sin pena ni gloria, no fueron nada relevantes, ni el invitado sorpresa que resulto ser uno de los integrantes de SUSSIE 4 le atrajó a la concurrencia, yo hubiera preferido escuchar a DESCARTES A KANT, otra de las bandas participantes en “SUBETE”, que tiene mejores rolas, con una lírica fuerte y melodías más frescas.
Antes de dejar el escenario verde, Abraham y yo nos topamos con una conocida de Torreón, una joven locutora de radio llamada Miriam Rascol, una chica alternativa y locuaz pero agradable, a la que mi compañero de andazas había conocido en La Salle donde ambos estudiaban, ella comunicación y él arquitectura, fue lindo toparnos con una paisana entre tantos desconocidos.
Tras despedirnos de Miriam, mi amigo y yo nos deslizamos al extremo opuesto del parque para ver nuevamente el escenario rojo y planear la noche de ese día; ambos tomamos una difícil decisión, y por la cual curiosamente optaron gran parte de los asistentes: no ver a THE HORRORS para asegurar un buen puesto en el escenario rojo donde a las nueve treinta de la noche tocaría INTERPOL.
El ESCENARIO ROJO era en verdad imponente, si bien no tan grande como los escenarios del VIVE LATINO, para muchos críticos estaba a la altura de los escenarios del COACHELLA, situación que me pareció exagerada y que al final de la noche quedaría confirmada con la presentación del cuarteto de Nueva York (pero paso por paso, no hay que adelantarnos).
Ya un poco cansados de caminar, Abraham y yo nos sentamos en unas bancas cercanas al escenario verde, justo a un costado del stand de la revista SONIKA, el cual contaba con unas formidables reproducciones de las portadas de sus últimas ediciones dedicadas a THE HORRORS y CAFÉ TACUBA, así como la primera portada que le brindaron a INTERPOL.
Sentados, admirando y criticando a los paseantes, comenzamos a sentir como el clima cambiaba abruptamente, la fresca mañana se volvió algo fría velozmente; a lo lejos comenzaron a tocar LOS CONCORDE, que aunque recuperaron la atención perdida por THE SEAMUS e inclusive consiguieron algunos aplausos y ovaciones, tampoco resultaron nada relevantes ni novedosos, ciertamente tocan bastante bien, pero en lo personal me desagrada la voz y la actitud del ex-Fobia que tienen como vocalista, en conclusión, a mi me dieron mucha hueva. Hasta aquel momento el arranque del Manifest estaba bastante flojo, pero eso cambiaria con la apertura del escenario rojo a cargo de CHIKITA VIOLENTA.
Antes de que LOS CONCORDE terminaran de tocar, una marabunta de gente abandonó el escenario verde para ocupar un sitio en el rojo y poder escuchar una de las bandas nacionales más esperadas aquel día: CHIKITA VIOLENTA, los cuales lograron enganchar por completo a la gente. A mi me causaron una agradable sorpresa, me encantaron, no sólo porque tocan de una forma alucinante, sino porque sus integrantes tienen el carisma que una banda necesita y de la que carecían THE SEAMUS; auque todo los integrantes de CHIKITA son buenos músicos, el que más resalto de entre ellos fue el vocalista líder a quien de cariño llaman “EL GÜERO” (lógicamente por su larga melena rubia), quien robo los gritos, suspiros y hasta piropos de los fans; dirán que soy un enfermo, pero “EL GÜERO” me recordó levemente a mi admiradísimo y amado Paul.
Los CHIKITA VIOLENTA son unos tipos bastantes agradables, con una vibra espectacular y una energía inmensa, características que se percibieron a lo largo de toda la tocada y que posteriormente confirmaron en la firma de autógrafos. Aunque su primer sencillo titulado “WAR” me gusto desde que la primera vez que lo oí, fue hasta esta ocasión en que los escuche en vivo que me conquistaron e incitaron a comprar su disco, con todo y que tocaron varios covers.
Los CHIKITA VIOLENTA son tan buenos que hasta les perdone componer sus rolas en ingles, sólo a ellos y ZOE les excuso esta situación, primero porque su pronunciación del idioma es muy buena, y segundo, porque a pesar de que las líricas de las rolas no son muy complejas, si son atractivas y sobretodo consiguen penetrar en la memoria de quien las escucha, quizás lo llamativo de las mismas radica en la sencillez que distinguen sus canciones.
Un poco antes de terminar los CHIKITA VIOLENTA, Abraham y yo decidimos comer para no perdernos a los WHITEST BOY ALIVE que se presentarían en el ESCENARIO VERDE. Como a todos los asistentes, a nosotros también nos pareció fatal la manera en que se organizó la venta de la comida y bebidas, además los precios eran elevados y poco justos para la calidad de lo que se recibía, y por si fuera poco súmese a este problema las kilométricas filas para recibir una cerveza caliente, una botella de agua aplastada y un pinché vasito de refresco llenado a la mitad. Afortunadamente nosotros alcanzamos comida, pues después me entere que más tarde los suministros se agotaron, obligando a la gente a comprarle a los vendedores ambulantes que se instalaron por afuera del parque, el inconveniente fue que los culeros de los organizadores no previeron eso, y para acabarla de chingar estaba la regla de que si abandonabas el parque no podías reingresar a menos que compraras otro boleto, así que los pobres sedientos y hambrientos tuvieron que recibir sus productos a través de las rejas como si de presos se trataran. Pero basta de hablar de nimiedades, que a final de cuentas lo importante era la música y no la tragadera, cometido con el cual cumplió perfectamente el MANIFEST, pues no obstante que el público salio con hambre también lo hizo satisfecho de haber escuchado la mejor música.
Después de comer, nos dirigimos al ESCENARIO VERDE, aun no iniciaba la tocada de los WHITEST BOY ALIVE pero ya estaba atascado de gente; no se cómo, pero el Abraham y yo nos colamos hasta enfrente de la tarima, logramos conseguir una vista espectacular. Pasados unos veinte minutos de nuestra llegada, salió el staff de la banda y uno que otro de los integrantes a realizar los últimos preparativos para iniciar su recital, mientras esto ocurría, el público se animaba viendo los videos que proyectaba la pantalla gigante, hasta que repentinamente fueron sustituidos por un display que ya conocía, compuesto por los logotipos y el arte del festival, para dar paso a una recuadro negro donde en letras pequeñas se escribió el nombre de la banda y su lugar de origen, mientras una voz en off decía: “Desde Berlín, Alemania, los WHITEST BOY ALIVE...”, este sólo acto desencadeno una reacción en cadena de gritos, aplausos y brincos de todo los presentes, preámbulo de que los ahí reunidos caeríamos fulminados por el encanto de los europeos.
Para mi, la situación con los WHITEST BOY ALIVE fue algo similar que con los CHIKITA VIOLENTA, ya que aunque conocía sus rolas y me gustaban muchísimo, fue esta que los pude ver en vivo que me conquistaron por completo. Los WHITEST BOY ALIVE son una banda de tipos sencillos, alejados de toda pose o actitud negativa, es más, carecen de actitud, lo que en lugar de resultar perjudicial a ellos les sienta de maravilla; escucharlos resulta un privilegio, tocan de una manera fluida y elegante, sus melodías son novedosas, complejas y sin duda nos recuerdan la excelsa calidad de los músicos europeos.
Los WHITEST BOY ALIVE siguen la tendencia de las nuevas bandas, componiendo rolas con letras sencillas e involuntariamente pegajosas, pero de melodías brillantes, que en conjunto resultan en una explosión musical por demás enloquecedora. Esta banda alemana tiene dos rasgos fundamentales, el primero, es que hacen honra a su nombre, pues todos los integrantes son rubios, casi casi transparentes, sin dudarlo fueron los chavos más blancos del MANIFEST; el otro rasgo lo constituye el líder de la banda, el Noruego Erlend Oye, quien es un tipo freak con una voz maravillosa y relajante, un individuo encantador que se entrega por completo al publico.
Erlend es un genio que consiguió que el público se encendiera definitivamente, para después hipnotizarnos a todos cuando habló en español para comentar que su banda estaba grabando su próximo material en la Ciudad de México, y de paso confesarnos que estaba enamorado de aquella urbe de la que ya se sentía un habitante más; Erlend es verdaderamente asombroso, y esto quedo validado cuando sin importarle nada se arrojó al mar de gente que lo recibía con todo el cariño y la mejor vibra posible. Erlend y la banda tocaron cada rola con un entusiasmo sin igual, pero el momento cumbre lo alcanzaron cuando interpretaron “Burning”, ahí si fue el acabose, aquello fue indescriptible, todos corearon y bailaron esa canción de manera orgásmica, fue un momento mágico, y a mi parecer, aquel fenómeno únicamente se volvería a repetir ese día con la misma magnitud con otras dos bandas: THE RAPTURE e INTERPOL.
A los WHITEST BOY ALIVE les siguieron JUMBO, con quienes siempre resulta agradable corear sus rolas, los tipos son buenos músicos y hasta resultan un poco simpáticos en el escenario, pero creo que con los años la calidad de se música va decreciendo, la verdad ya no resultan nada propositivos y además aunemosle que nada más hablan y rebuznan, porque la verdad son bastante idiotas para contestar entrevistas, no sólo porque no saben expresar sus ideas, sino porque parece que nunca están enterados de nada, lastima, porque a pesar de ser una banda de mi agrado, creo que les quedan pocos discos de vida.
Ya un poco hastiados de JUMBO, dejamos el escenario verde para ir al baño antes de apoderarnos de algún lugar en el ESCENARIO ROJO; para aquel momento los baños ya estaban asquerosos, por lo que me propuse no volverlos a visitar el resto de la tarde. Antes de llegar al tablado principal, pasamos al stand de la SONIKA, donde dos de los CHIKITA VIOLENTA estaban dando autógrafos, uno de ellos era el GÜERO, que ya de cerca no era tan parecido a Paul, lo único que los asemejaba eran las cabelleras rubias.
Los cabrones de CHIKITA VIOLENTA se portaron de poca madre, y es que no se puede decir de otra manera; aunque eran pocas las personas que les solicitaban una firma, los tipos no dejaron de sonreír y ser amables con todos, coqueteaban con las chavas y bromeaban con los tipos. Yo comencé a tomar fotos del stand a manera de recuerdo y después empecé a tomarles fotos a ellos, pensé que no se percatarían de mi labor, pero lo cierto es que voltearon hacia mi, el GÜERO sonriéndome y el otro completamente motivado por el hecho de que alguien se interesaba en capturar sus imágenes, incluso éste comenzó a reírse a carcajadas, inmediatamente ambos brindaron una serie de poses para éste inexperto fotógrafo que no desaprovechó la oportunidad para externarles lo bien que habían tocado; antes de marcharme les di las gracias y ellos me respondieron con su pulgares levantados y un par de sonrisas en sus labios, obviamente los cabrones me ganaron por completo, desde ese día me declare fan de CHIKITA VIOLENTA, y tan pronto pude fui a comprar su disco, ya que me he propuesto conseguir un día de estos su autógrafo y no solo una foto, jajajaja.
Cuando llegamos al ESCENARIO ROJO, YO LA TENGO ya había iniciado su presentación, a mi la verdad no me gusta mucho la propuesta de la banda, aunque los respeto y reconozco que son bastante buenos, pues la neta se la mega rifan en el escenario, tanto que lograron contagiarme con su buena vibrar, después de todo, la buena música siempre logra llegarnos por más que nos neguemos a recibirla.
El sol ya se ocultaba por entre las colinas de Santa Fe, y el clima frió se hacia cada vez más intenso, pero esto no duraría mucho pues en pocos minutos la gente comenzó a aglutinarse tanto que la cercanía de un cuerpo contra el otro logró calentarnos. La gente ya estaba impaciente, todos deseábamos ver a THE RAPTURE, no solamente por que son una gran banda, sino porque INTERPOL los secundaria al terminar su presentación.
El tiempo comenzó a transcurrir lentamente, el ambiente se volvió tenso, la gente se empujaba y se aventaba sin control, de plano se perdió el respeto, yo pensé que en cualquier momento me tumbarían, pero por fortuna, soporté estoicamente los golpes y el movimiento de las masas de gente que se ya se convertían en un océano de almas expectantes.
Las dos pantallas gigantes del escenario proyectaron el concierto de los TEDDY BEARS en el escenario verde, éstos tenían muy prendidos al público, sin embargo la gente seguía emigrando en grades cantidades hasta el escenario rojo. Creo que fui de los pocos locos que corearon las rolas de los TEDDY, la mayoría estaban más preocupados por no caerse con los empujones o por conseguir respirar; uinclusive na tipa a un costado mió me dijo: “no mames, todavía tienes energía para cantar…”, pues la neta si la tenía, estaba feliz cantando hasta que cortaron la transmisión y volvieron a pasar videos de otras bandas.
Los minutos se consumieron sin cesar, el tiempo transcurría y THE RAPTURE no daba signos de querer salir, todos ya estábamos muy impacientes, pero ese malestar se transformo en enojo, ya casi había pasado media hora de que YO LA TENGO había tocado; luego de un rato salieron algunos integrantes de la agrupación para hacer lo que aparentemente eran los últimos arreglos, pero no que no fue así, THE RAPTURE siguió sin salir.
No se de quien fue la idea o si fue un mensaje colectivo comunicado de manera extrasensorial, pero todos comenzaron a gritar !INTERPOL, INTERPOL, INTERPOL!, las protestas se hicieron cada vez más resonantes, en todo Santa Fe no se escuchaba otro grito que no fuera ¡INTERPOL, INTERPOL, INTERPOL!. El tiempo siguió corriendo peligrosamente, hasta que al fin salio uno de los vocalistas visiblemente molesto, después nos daríamos cuenta que el tipo estaba emputadísimo, pero eso se ganó por no salir a tiempo.
Después de lo que para mi fueron como cuarenta y cinco minutos salió THE RAPTURE al escenario rojo, los cuales nos dejaron a todos con un sabor de boca agridulce, pues aunque tocaron de maravilla, su actitud fue mamona, sangrona, apática y grosera, se portaron como basura. El vocalista rubio (lo siento, no me acuerdo de su nombre ni deseo recordarlo) no perdió ninguna oportunidad para hacernos saber que estaba molesto con la actitud de publico, primero dijo que ya no quería tocar, después hizo además con su guitarra de querer matar a la audiencia, para luego concluir con una pregunta bastante sarcástica, que al menos a mi me hizo aborrecerlo, el cabron dijo burlándose: “…Quieren ver a INTERPOL?…nosotros también…” en ese instante ese desgraciado debió haber abandonado el lugar para darle paso INTERPOL, ya que obviamente todos respondimos que si queríamos verlos.
Lo cierto es que THE RAPTURE son buenos músicos para ser tan pinches, lograron que la gente se emocionara y coreara sus canciones por en encima de su actitud apática, pero esto quedo olvidado cuando cantaron “Get Myself Into It”, ya que todos alcanzamos el segundo orgasmos musical de la noche.
THE RAPTURE abandonó el escenario sin mucha faramalla, como debió ser su entrada; infaliblemente todos nos quedamos con ganas de mas de su música, pero fue preferible que se marcharan. Sin embargo, yo de plano si odié a una pendeja que le de decía a su novio: “…mi amor, porque ya no tocaron más?…”, en ese instante quise agarrarla a golpes y decirle: “estas imbecil o qué, no acabas de ver que esos pinches mamones se quieren largar, no jodas estupida, deja que los putitos esos se larguen para que puedan ver a INTERPOL y aprendan lo que es una verdadera banda y cómo se debe conquistar al público…”; pero mi sentido de la cordura me impidió hacerlo, además me dije a mi mismo “…ya la pobre ha sufrido mucho con la cara de pordiosera que tiene ella y el rostro de sonso de su novio…”.
En fin, la temperatura volvió a descender, un viento frió se apoderó de aquel ESCENARIO ROJO, y ni los cuerpos chocando unos con otros provocaron el resurgimiento del calor. Las pantallas volvieron a iluminarse con videos, pero ya nadie les prestaba atención, las miradas estaban fijas en el escenario, las almas estaban inquietas, todos aguardamos impacientes a que INTERPOL subiera al escenario.
Continuará…





DOMO DE NIKE
