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domingo, 3 de mayo de 2009

LA ROLA DEL MES

ROLA NÚMERO VEINTICUATRO - MAYO

PLAYGROUND LOVE
AiR

I'm a high school lover,
and you're my favorite flavor.
Love is all, all my soul.
You're my Playground Love.
Yet my hands are shaking.
I feel my body reeling,
times no matter, I'm on fire,
On the playground, love.
You're the piece of gold
the flushes all my soul.
Extra time, on the ground
You're my Playground Love.
Anytime,
anywhere,
You're my Playground Love.

viernes, 24 de agosto de 2007

SI ME DICEN QUE LO DIRIGIÓ SOFIA COPPOLA, ME LO CREO

SI ME DICEN QUE LO DIRIGIÓ SOFIA COPPOLA, ME LO CREO.


Todos los meses, las últimas páginas de la revista SONIKA están dedicadas a diversas reseñas, reviews, listas de las canciones y de los videos más populares del mes, entre otras notas por el estilo; la edición No. 64 correspondiente al mes de agosto no fue la excepción, sólo que en esta ocasión llamó mi atención la lista que elaboran con lo que para ellos son los mejores cinco videos del mes, tomando en consideración elementos como el arte, la fotografía y la originalidad del mismo, y obviamente la rola; lo que me atrajo de esta lista fue la frase con que calificaban a uno de los videos de esa pequeña selección, la cual reza más o menos así: “Si me dijeran que es de Sofia Coppola, se los creería.”

La rola de la cual se deriva dicho video se llama Homecoming, que es el sinlge debut de una de estas nuevas bandas de la generación “My Space”
llamada The Teenagers, que entre otros éxitos cuenta con una rola llamada "Scarlett Johansson", dedicada a la nueva musa de Woody Allen; al principio me mostré bastante escéptico con respecto al calificativo que le otorgaban al video, pero mi curiosidad fue mayor que mi recelo e inmediatamente me conecte a You Tube para verlo; mi sorpresa fue enorme cuando me pude percatar que en verdad el video bien pudo haber sido dirigido por Sofía (o Chofis para los cuates), no sólo por las tomas, la fotografia y los tonos pastel que tiene el mismo y que generalmente suele usar la directora, sino porque la trama detrás de éste es sumamente parecida a las historias que Sofía suele narrar en sus trabajos, además de que la rola es muy similar al tipo de canciones que eligiera para la banda sonora de su última película.

El video me recordó enormemente a la opera prima de Sofía Coppola, “Las Vírgenes Suicidas”, pero con un pequeño toque de su más reciente largometraje: “Marie Antoinette”; Homecoming, al igual que la primera película mencionada, esta protagonizado por un grupo de sexys jovencitas que tienen una fiesta, donde practican las típicas actividades de las adolescentes cuando se reúnen: escuchar música, comer chocolates, contar chismes y, la nunca fuera de moda, guerrita con almohadas.

Mientras el video avanza, una linda chica rubia, que bien podría haber sido Kirsten Dunst en su papel de “Las Vírgenes Suicidas”, les confiesa a sus amigas que se ha enamorado de un tipo, un poco feo, pero con una actitud tan fabulosa que la vuelve loca; a la par de que la chica desnuda su alma contándoles a sus amigas sobre este chico, todas ellas se deleitan probando unos pastelillos, acto que puede ser tomado como una copia descarada de la escena de “Marie Antoinette”, donde la joven Delfina, también interpretada por Dunst, disfruta unos cuantos postres de fresa mientras charla con sus amigas, la Duquesa de Polignac y la Princesa Lamballe, sobre las nuevas tendencias de la moda en Paris, todo aderezado con la clásica y extravagante rola de Bow Wow Wow, I want candy.

La otra cara de la moneda en este video la forma los tres integrantes de la banda, unos tipos bastante ojetes pero con una actitud muy rocker (aunque a mi parecer no lo demasiado como para seducir a alguien), tanto que resulta suficiente para alborotar las hormonas de estas cachondas lolitas. La verdad es que el video es bastante bueno, no sólo por las similitudes que tiene con las cintas de Sofía, sino porque además la rola no es mala y esta pulcramente dirigido; aunque más que promocional de singel de The Teenagers, casi casi podríamos afirmar que es una homenaje al trabajo de mi reina adorada, la Chofis Coppola.

Bueno, aquí les dejo el multicitado video Homecoming, de The Teenagers, para que le den un vistazo y me digan que les parece; pero si no han tenido la oportunidad de apreciar el trabajo de Sofía, también les dejo el video de Playground Love, rola compuesta por el dueto frances Air para la banda sonora de “Las Vírgenes Suicidas”, y la escena de “Marie Antoinette” donde la delfina y sus cortesanas tiene un día común y corriente en sus aposentos de Versalles, mientras engullen muchos pastelillos al compás de I want Candy de Bow Wow Wow.





jueves, 28 de junio de 2007

UNA VIRGEN PERDIDA EN VERSALLES

UNA VIRGEN PERDIDA EN VERSALLES
Marie Antoinette - Segunda Entrega



Afuera, destellos dorados bañando el cielo obscuro, estrellas artificiales consumiéndose lentamente, mientras opacan la vulgar belleza de los astros naturales, un espejo de agua, un laberinto misterioso, y los árboles amparando a los amantes improvisados, a los amantes de una sola noche; adentro, el aire nunca ha sido más fresco y perfumado, a pesar de las miles de velas que iluminan las habitaciones y los cientos de cuerpos que se aglutinan, y chocan, y se rozan, y se excitan en cada rincón de Versalles; la música es estridente pero no supera las escandalosas pelucas entalcadas, las sonrisas son grandes pero las miradas perdidas, hay juegos, hay risas, hay pecados convertidos en postres de fresas, hay lagrimas convertidas en joyas, y los vestidos son merengues que danzan al compás del clavicordio; los labios se unen, los cuerpos se funden, y la inocencia muere justo cuando comienza un nuevo día, y al centro del mundo, Maria Antonieta cumpliendo dieciocho años, mientras la champaña fluye en las copas como fluye la sangre de sus delicadas venas.

La noche en que Maria Antonieta cumple dieciocho años, rodeada de sus mejores amigos, los cortesanos de Versalles, y a lado de su esposo, el tímido Luis XVI, es el momento más bello, impresionante y simbólico de “Marie Antoinette”, la última película de Sofia Coppola, en donde la joven directora narra magistralmente la vida de Maria Antonieta, la última gran reina de Francia, una adolescente rodeada de lujos y parrandas, que además de luchar con los problemas propios de su edad y las intrigas de palacio, tiene en sus manos el futuro de todo un pueblo.

A pesar de las críticas severas y los abucheos con que fue recibida la película en la edición número 59 del Festival de Cannes y el fracaso comercial que representó en el mercado norteamericano, “Marie Antoinette” es una película destinada a convertirse en una cinta de culto (aunque no lo crean); malentendida, poco apreciada, pero hermosa, como la Reina que la inspiró y la actriz que la interpretó (me refiero a Kirsten Dunst), esta película es una oda a la juventud y todo aquello que la caracteriza, como la alegría desenfrenada, la confusión, el temor a crecer y perder la frescura, la gracia y la inocencia.

“Las Vírgenes Suicidas” y “Perdidos en Tokio”, trabajos previos de Sofia Coppola, tienen muchos puntos en comparación con “Marie Antoinette”, pero el tema de ésta última y las emociones que evoca en el espectador distan mucho de las primeras películas; las tres tienen como centro vital a la mujer, la mujer moderna, inteligente, pero sola y abrumada; las tres películas tienen historias casi perfectas, con diálogos escasos pero interesantes; las tres tienen bandas sonoras inigualables que denotan el excelente gusto musical de Sofia Coppola; las tres hablan de amor, pero no del amor cursi ni del amor imposible o idílico de las comedias románticas o de las mega producciones de Hollywood como Titanic; el amor plasmado por Sofia Coppola es un amor más real, pero poético, es el amor puro y limpio que evocan los recuerdos de la infancia, el amor entre un hombre y una mujer que se sienten igual de solos y deprimidos, es el amor que se transforma en una promesa, en una lagrima, una risa o una carcajada, es el amor que se siente por todos los placeres y los dolores que nos regala la vida.

“Las Vírgenes Suicidas” es una película melancólica, sobre las personas que impactan nuestras vidas de una manera descomunal, pero que inevitablemente desaparecen y con el tiempo se transforman en memorias de la infancia y la juventud, pero que retornan a lo largo de nuestra edad adulta para recordarnos lo importantes que fueron en un determinado momento de nuestra existencia.

Ciertamente, “Perdidos en Tokio” es todo un tratado sobre la depresión, sobre la desesperanza y el vació que a veces sentimos en nuestras vidas; es la historia de dos almas perdidas en un ciudad moderna y aparentemente fría, de dos seres tristes y solos, que en el lugar menos pensado y en el momento menos adecuado, encuentran, a través del amor más puro e inocente, la razón de su existencia.


Pero “Marie Antoinette”, a diferencia de esos dos primeros filmes, es una cinta alegre y divertida, llena de color y frescura; es la historia de una “niña bien”, una niña rica y mimada, una pequeña “princesita” (bueno, en realidad era una archiduquesa); es la historia de una chica rodeada de lujos, de placeres, encerrada en una burbuja de oropel que la protege del mundo real, de ese mundo de miseria, de hambre, de dolor; de un mundo donde hay que trabajar duro para conseguir lo que se quiere.

La frívola, la banal, la vacía, la zorra, la gran villana, eso fue, es y será Maria Antonieta para muchos, pero para Sofia Coppola, esta reina menospreciada y odiada, no era más que una chica común y corriente; confundida, sola, desorientada, con los mismos temores que puede llegar a tener una mujer normal: encontrar al hombre de sus sueños, tener hijos, ser una buena madre, enamorarse, hacer algo bueno e interesante de su vida.

A través de los 123 minutos que dura la película, Sofia cuenta la otra versión de la historia, la versión de Maria Antonieta; podemos ver las luchas que la joven delfina tuvo que enfrentar en la glamorosa pero despiadada Corte de Versalles, la soledad, el dolor y la frialdad con que era tratada, pero también podemos apreciar las grandes fiestas y parrandas de las cuales siempre fue la columna vertebral, y todo, aderezado con la mejor muestra del punk, el pop ochentero y una par de rolas de rock para darle un poco de sabor ácido a la trama.

En resumen, vale la pena ver esta cinta, no sólo porque tiene un vestuario fantástico, ni porque fue filmada en Versalles, ni por la fantástica banda sonora o las brillantísimas interpretaciones de Kirsten Dunst en el papel de Maria Antonieta y Jason Schwartzman en el de Luis XVI, sino porque Sofia Coppola nos ofrece una fantástica historia con la que es muy fácil sentirse identificado, claro, dejando de lado el lujo y las joyas caras, pues creo que todos hemos experimentado la confusión, la soledad, las parrandas y las resacas de que fue victima la pobre Maria Antonieta.