I PROMISE TO COMMIT NO ACTS OF VIOLENCE:
CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA EN LA CIUDAD DE MÉXICO PARA ASISTIR AL MANIFEST 2007
CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA EN LA CIUDAD DE MÉXICO PARA ASISTIR AL MANIFEST 2007
TERCERA Y ÚLTIMA PARTE
CAPÍTULO CINCO.
BESANDO A LA PERSONA AMADA,
LA ÚLTIMA CONVERSACIÓN SOBRE EL TEMA.
MIÉRCOLES 26 DE DICIEMBRE.
MIÉRCOLES 26 DE DICIEMBRE.
Tirados sobre alfombras suicidas, rodeados de almohadones roídos, en un ambiente lúgubre y frió, tomando sendas tasas de café mientras conversábamos de los últimos eventos de nuestras vidas; Miriam, Abraham y yo nos volvíamos a reunir en un pequeño establecimiento del centro de nuestra querida y contaminada ciudad natal, Torreón.
Mis amigos y yo no nos habíamos vuelto a ver desde hace casi dos meses, principalmente por el trabajo y la distancia que nos lo impedía, pero ahora las vacaciones navideñas nos permitían juntarnos una ves mas para conversar como siempre de un sin fin de temas, pero principalmente de nuestro tópico favorito: la música. Obviamente fue inevitable no tocar el tema del MANIFEST, y ligado a él estuvieron la serie de sucesos que se desencadenaron en mi vida tras aquél concierto, el primordial fue mi caída al finalizar el festival.
De cómo ocurrió aquel bochornoso y ridículo incidente no me gusta hablar mucho, en primer lugar porque no es un tema importante, y en segundo, porque al recordarlo siento que se empañan mis memorias de aquella hermosa noche en Santa Fe tras haber visto a INTERPOL; basta decir que al abandonar el Parque Alameda me caí en una pequeña colina cercana al escenario rojo, golpeándome fuertemente la rodilla izquierda, la cual comenzó a hincharse rápidamente; en un inicio no le di importancia al golpe, pero al llegar a Torreón el dolor era tal que me vi obligado a ir al hospital; tras practicárseme los exámenes de rutina se me diagnosticó una fractura en la tibia, situación que me obligó a usar un yeso durante casi un mes (uno de los más aburridos de mi vida). Lo gracioso (si es que se le puede llamar gracioso) fue que el doctor que me revisó erró su diagnostico (situación que atribuyo a su juventud e inexperiencia), en realidad nunca tuve fractura, sino un derramamiento de liquido sinovial de mi rodilla, por lo que no era necesario el pinché yeso ni el enclaustramiento de que fui victima, pero así fueron las cosas, y aunque se pueda pensar lo contrario, no fui atendido ni en el IMSS o el ISSSTE, hospitales gubernamentales con mala fama por los pésimos servicios que brindan a los derechohabientes, sino en un hospital privado sumamente reconocido en Torreón, lo que me demuestra que el dinero no siempre compra lo mejor, jajajaja.
Luego de la breve y obligatoria explicación de lo sucedido aquél domingo veintiocho de octubre y mi actual estado de salud, volvimos a tocar el tema del MANIFEST, hablamos de la gente que asistió al festival, las bandas que tocaron, la organización, hablamos de Santa Fe, la música y el frió, pero en algún momento de la conversación mencione a manera de comentario aislado, sin darle la atención adecuada, que la presentación de INTERPOL me había parecido en verdad corta, a pesar de que la banda tocó un extenso setlist de casi dos horas de duración, sin embargo, Miriam me daría la clave a lo que pasó esa noche y de por qué el tiempo se me fue volando, con una sencilla pero romántica alegoría dijo: “…es que no hay nada como ver a tu banda favorita en vivo, es como besar a la persona amada…”.
Aquellas palabras penetraron en lo más hondo de nuestros cerebros, y al menos en el mió aun siguen clavadas, y es que la verdad no hay nada como ver a tu banda favorita en vivo, pues hacerlo representa la más noble muestra de cariño por ella (que no necesariamente debe ser correspondido), es brindarle tus respetos y admiración, es entrar en comunicación con la melodía y la música, sincronizando tus sentimientos con los de otros de miles de personas que al igual que tu están ahí por una sola y única razón: ver a aquéllos individuos, aquéllos seres cargados de defectos (pues a fin de cuenta son humanos), alcanzar en un instante a través de su música un estado cuasi divino, que logra elevar al éxtasis a todos los presentes, y eso es el amor, y eso es besar a tu banda favorita mientras escuchas la delicada o poderosa melodía, mientras tus labios entonan la canción que se ha convertido en el himno que da sentido a tu vida.
En ese momento, escuchando la risa que a Miriam le había provocado sus propias palabras y viendo como Abraham se reacomodaba nuevamente sobre su almohada, en ese café underground de Torreón, con sus alfombras sucias y sus almohadones roídos, sintiendo un frió similar al de aquella noche de otoño en Santa Fe, comencé a recordar ese sorprendente veintisiete de octubre de dos mil siete, en que por fin bese a mi banda favorita de rock.
CAPÍTULO SEIS.
IT’S LIKE LEARNING A NEW LANGUAGE.
SÁBADO 27 DE OCTUBRE.
Dispuesto a entregarme todo por completo, mientras el viento frió asota mis mejillas, mis orejas y mis manos, que son las pocas partes de mi cuerpo que no han sido protegidas de aquella intemperie que todo lo entume. Mis ojos aun siguen clavados en aquel enorme escenario, aun siguen expectantes, aun aguardan el momento en que aquel espacio sea nuevamente ocupado, más esta ves sean los sujetos que colman sus ensueños quienes llenen aquel sitio.
Pasan los minutos, minutos que parecen eternos, minutos que transcurren demasiado lentos y en los que nada ocurre; aquel escenario de la enorme estrella de hierro en el fondo sigue vació, y mi corazón esta frió ya no sólo mi cuerpo. De pronto, las dos pantallas colocadas en ambos costados del imponente escenario rojo se iluminan arbitrariamente, para comenzar a proyectar una serie de videos a los que nadie prestaba atención.
Finalmente el escenario fue ocupado, pero no por quien yo deseo, sino por el pequeño staff de apoyo que se dispuso a quitar los últimos aparatos e instrumentos de THE RAPTURE y colocar los primeros de INTERPOL. Los técnicos se mueven de manera rápida, trabajan muy profesionalmente, revisando cada detalle, para que nada perturbe la comunión que el público y la banda habrán de celebrar en cualquier momento.
Es curioso lo que uno llega a recordar más vividamente, ya que no siempre suele ser el suceso principal el que primero se grava en la memoria, sino los pequeños pero indispensables detalles que dan sabor la vida. “…The best you ever had, The best you ever had, Is just a memory and those dreams, Weren't as daft as they seem, Not as daft as they seem, My love when you dream them up, Oh, where did you go? Where did you go? Where did you go? Woah…”
Cante aquella fantástica canción sin pesarlo ni un momento, no me importó “el que dirán”, pues como si en realidad fueran los Arctic Monkeys los sujetos a los que fielmente aguardaba en ese gélido parque de Santa Fe, coreé hasta la última estrofa “Fluorescent Adolescent”, rola cuyo video era proyectado en las gigantescas pantallas y que fue el último al que preste importancia en la noche. De esta manera, los “Monos del Ártico” se hicieron presentes en el MANIFEST, y definitivamente más presentes que otras bandas que ahí estuvieron. El espíritu de los Arctic Monkyes estuvo en el MANIFEST como él de los BEATLES estuvo en el Woodstock, pues aunque nunca ocuparon los escenarios del mítico festival, las rolas del cuarteto de Liverpool fueron de las más aplaudidas por el público que las escuchaba gracias a las grabaciones que fueron tocadas en el festival.
Los Arctic dan paso a otra proyección, pero esta ves no es un video, sino la presentación de la tenebrosa banda inglesa llamada THE HORRORS, la banda de los sujetos con los cabellos alborotados a la Robert Smith y los rostros pálidos hundidos cuales zombies. Las rolas de THE HORRORS me habían perseguido las semanas previas al evento, en verdad me habían conquistado, más que por sus sonidos tétricos por sus melodías retro que me hacían recordar a las psicodélicas bandas de la década de los sesenta, parecidas a lo que solían tocar THE ZOMBIES o THE KINGS en esa época.
Lamentablemente, había tomado la difícil decisión de no ver aquella agrupación en el escenario verde para alcanzar un mejor puesto en el rojo, como así lo habían hecho otras miles de personas, situación que quedó palpable cuando en las pantallas se mostró el escaso publico que los veía, sin embargo, THE HORRORS se entregaron fervientemente a su publico con el mismo animo que si fuera una marejada de sujetos.
Como si de una señal se hubiera tratado, al oscurecerse las pantallas, un robusto sujeto calvo salió por el costado izquierdo del escenario, portando entres sus manos la guitarra Gibson Les Paul color rojiza que habrían de tocar en poco tiempo las níveas manos de Daniel Kessler y con la cual se desvivirá para alcázar los acordes adecuados; aquel trillado acto represento para mi el conjuro que me hizo perder la conciencia y la noción del tiempo, lo cierto es que me desconecte de la realidad, lo siguiente recuerdo es la ya conocida voz en off diciendo: “… desde Nueva York, Estados Unidos, INTERPOL…”.
Entonces el escenario rojo se torno en azul celeste, mientras una leve estela de humo blanco lo cruzaba rauda y sigilosamente, con lo cual, cuatro espigadas figuras ocuparon sus sitiales en el tablado; no recuerdo lo que la gente gritó, no recuerdo si aun sentía frió, no recuerdo los aromas y sinsabores de la noche, pues lo siguiente que recuerdo y que ocupa gran parte de la memoria en mi cerebro, son la serie de notas que Daniel Keslsser comenzó a tocar con su guitarra, mientras una quinta y última figura vestida de negro ingresó furtiva pero elegantemente en el escenario, como si de un gato de Angora se tratara: era Paul, el chico de la figura delgada, la piel amarilla, los ojos azules y los cabellos dorados, totalmente abrigado con una bella chamarra de cuello alto y un pequeño gorro de estambre; se frotó sus larguiruchas y blancas manos mientras de su boca se escapaba el tibio vaho que atesoraba su cuerpo, para luego ponerse a cantar: “Show me the dirt pile and I will pray, that the soul can take, three stowaways. You vanish with no guile and I will not pay, but the soul can wait, the soul can wait…”.
“PIONEER TO THE FALLS” fue la primera rola que interpretó el cuarteto de Nueva York, ahora bien, al tomar en cuenta eso y basándome en el setlist del COACHELLA 2007, pense que lo más seguro fuera que la siguiente canción interpretaran sería mi himno personal, “OBSTACLE 1”, y así fue, el cálculo era correcto, ya que tan pronto concluyo “Pioneer” los acordes se volvieron más violentes y Mr. Banks comenzó a decir: “I wish I could eat the salt off of your lost faded lips…”.
Aunque muchos entonaron animadamente “OBSTACLE 1”, yo me negué a violentar con mi fea voz el himno al desamor para percibir en todo su esplendor la melodía y la letra de tan bello cántico: “…but its different now that I'm poor and I’m aging, I'll never see this place again, you’ll go stabing yourself in the neck…”.
Después, las canciones que siguieron en turno fueron “NARC”, “SAY HELLO TO THE ANGELS” y “THE SCALE”; me falla un poco la memoria, pero creo que fue en alguna de las pausas de entre esas canciones que finalmente acaeció uno de los actos más esperados en la noche: Paul hablando en español para agradecer la presencia del publico a pesar del frió.
Las palabras de Paul en el español más claro que puedo concebir hasta el momento, pero con un acento fuerte y cantadito, me reincorporaron a mi entorno real, dejando por un momento el éxtasis en el que me había sumergido durante las cinco canciones ya interpretadas por la banda; lo primero que percibí fue nuevamente el cruento frió que bañaba Santa Fe y después los gritos de los ahí reunidos, la mayoría de alegría y éxtasis como yo, y algunos cuantos de suplicas, de peticiones de una canción.
Recuerdo que de entre todas aquellas voces que se confundían entre el cúmulo de ruidos, sobresalía la chillona y molesta vocecilla de una chica que gritaba: "¡NOT EVEN JAIL, NOT EVEN JAIL, NOT EVEN JAIL…”; aunque entendía el deseo de la chica por que tocaran su rola favorita, la verdad si era un poco perturbador estarla escuchando berrear ¡NOT EVEN JAIIIIIIIIIIL!, ésto continuo hasta que de plano otra voz igualmente chillona y desagradable, pero esta vez de un tipo, le contesto rudamente: “…ya callate…”, a lo que la chica respondió obviamente con un “…cállate tu pendejo…”, situación que provocó las risas de todos los que tuvimos la desfortuna de escuchar tan elegante discusión. Afortunadamente para la chica alguien en el cielo escucho sus suplicas, pues la mente de los integrantes de la banda fue iluminada, ya que antes de concluir el recital, INTERPOL interpretó la tan anhelada y momentáneamente polémica “NOT EVEN JAIL”.
Recuerdo que durante la presentación de THE RAPTURE estuve casi adelante del escenario, a pocas personas de la banda, pero conforme paso el tiempo, la masa de gente me obligó a repelerme cada vez más atrás, sin embargo luche por permanecer cercano a la línea primaria de gente, eso me provoco tener una vista espectacular del concierto de INTERPOL, muy adelante y casi al centro (hubiera estado al centro de no haber sido por la pinche vallita de contención); a pesar de este privilegio no pude captar buenas imágenes con mi cámara, pues la fuerte iluminación y los constantes movimientos de la gente a mi alrededor me impedían obtener buenas tomas, por lo que al fin desistí de tomar fotos y disfrutar más relajadamente del concierto. Otra cosa que no pude percibir en ese momento fue la enorme cantidad de gente que estaba detras de mi, casi treinta mil almas igualmente emocionadas; ahora que he visto las fotos panoramicas del concierto, la verdad me resulta algo verdaderamente surrealista y dificil de comprender, sin duda esa es la magia del rock, capaz de reunir a tanta gente tan diferente.
Con el pequeño problemita para tomar las fotos decidí grabar en mi memoria, lo mejor que pude, la manera en que Carlos, Daniel y Sam lucieron; Daniel tocó (como siempre) a la derecha de Paul, portando su clásico traje negro con su camisa blanca, pero además, también llevaba aquella noche un chaleco igualmente negro, recuerdo que cuando Daniel bailaba sin control por la emoción que le provocaba su propia guitarra, era fácil ver que sus pantalones tenían el dobladillo más arriba de lo normal o lo que manda la etiqueta para vestir un traje, pues cuando éste se paraba sobre las puntas de sus pies, el pantalón le quedaba como de “brinca charcos”, vaya, muy cortito; desde mi posición, a lo lejos de él, vi que Daniel es en verdad un hombre bajito, de pies pequeños pero un espíritu enorme, ya que ni Paul, ni Carlos o Sam pueden igualar la emoción que ese chico de barbita corta siente al estar parado en un escenario tocando su guitarra, y eso se noto a simple vista.
Por su parte Carlos, a la siniestra de Paul, vistió un abrigo negro y muy largo como últimamente lo ha hecho, y al igual que Daniel usó un chaleco y un pantalón ajustado y corto (de los tres sólo Paul vestía el pantalón de manera impecable), sin embargo, lo que llamaba la atención de mi bajista favorito, eran su bigotillo intensamente negro y los cientos de cigarros que se fumo para apaciguar su frió durante la noche. A Sam me fue más difícil verlo, Paul me lo tapó casi todo el concierto, sólo recuerdo que el viejo Sam uso un elegante sombrero que me pareció gris obscuro, aunque también pudo ser un efecto provocado por la iluminación, ya que pudo haber sido negro.
La sexta canción del setlist fue "MAMMOTH", que después de escucharla en vivo termino por convertirse en una de las que más canto hasta la fecha, pero fue con la siguiente rola con la que caí en un éxtasis cuasi divino, con la que penetre en la gloria y la ensoñación tan esperada, con la que alcance el más alto placer musical: “TAKE YOU ON A CRUISE”:
Pasan los minutos, minutos que parecen eternos, minutos que transcurren demasiado lentos y en los que nada ocurre; aquel escenario de la enorme estrella de hierro en el fondo sigue vació, y mi corazón esta frió ya no sólo mi cuerpo. De pronto, las dos pantallas colocadas en ambos costados del imponente escenario rojo se iluminan arbitrariamente, para comenzar a proyectar una serie de videos a los que nadie prestaba atención.
Finalmente el escenario fue ocupado, pero no por quien yo deseo, sino por el pequeño staff de apoyo que se dispuso a quitar los últimos aparatos e instrumentos de THE RAPTURE y colocar los primeros de INTERPOL. Los técnicos se mueven de manera rápida, trabajan muy profesionalmente, revisando cada detalle, para que nada perturbe la comunión que el público y la banda habrán de celebrar en cualquier momento.
Es curioso lo que uno llega a recordar más vividamente, ya que no siempre suele ser el suceso principal el que primero se grava en la memoria, sino los pequeños pero indispensables detalles que dan sabor la vida. “…The best you ever had, The best you ever had, Is just a memory and those dreams, Weren't as daft as they seem, Not as daft as they seem, My love when you dream them up, Oh, where did you go? Where did you go? Where did you go? Woah…”
Cante aquella fantástica canción sin pesarlo ni un momento, no me importó “el que dirán”, pues como si en realidad fueran los Arctic Monkeys los sujetos a los que fielmente aguardaba en ese gélido parque de Santa Fe, coreé hasta la última estrofa “Fluorescent Adolescent”, rola cuyo video era proyectado en las gigantescas pantallas y que fue el último al que preste importancia en la noche. De esta manera, los “Monos del Ártico” se hicieron presentes en el MANIFEST, y definitivamente más presentes que otras bandas que ahí estuvieron. El espíritu de los Arctic Monkyes estuvo en el MANIFEST como él de los BEATLES estuvo en el Woodstock, pues aunque nunca ocuparon los escenarios del mítico festival, las rolas del cuarteto de Liverpool fueron de las más aplaudidas por el público que las escuchaba gracias a las grabaciones que fueron tocadas en el festival.
Los Arctic dan paso a otra proyección, pero esta ves no es un video, sino la presentación de la tenebrosa banda inglesa llamada THE HORRORS, la banda de los sujetos con los cabellos alborotados a la Robert Smith y los rostros pálidos hundidos cuales zombies. Las rolas de THE HORRORS me habían perseguido las semanas previas al evento, en verdad me habían conquistado, más que por sus sonidos tétricos por sus melodías retro que me hacían recordar a las psicodélicas bandas de la década de los sesenta, parecidas a lo que solían tocar THE ZOMBIES o THE KINGS en esa época.
Lamentablemente, había tomado la difícil decisión de no ver aquella agrupación en el escenario verde para alcanzar un mejor puesto en el rojo, como así lo habían hecho otras miles de personas, situación que quedó palpable cuando en las pantallas se mostró el escaso publico que los veía, sin embargo, THE HORRORS se entregaron fervientemente a su publico con el mismo animo que si fuera una marejada de sujetos.
Como si de una señal se hubiera tratado, al oscurecerse las pantallas, un robusto sujeto calvo salió por el costado izquierdo del escenario, portando entres sus manos la guitarra Gibson Les Paul color rojiza que habrían de tocar en poco tiempo las níveas manos de Daniel Kessler y con la cual se desvivirá para alcázar los acordes adecuados; aquel trillado acto represento para mi el conjuro que me hizo perder la conciencia y la noción del tiempo, lo cierto es que me desconecte de la realidad, lo siguiente recuerdo es la ya conocida voz en off diciendo: “… desde Nueva York, Estados Unidos, INTERPOL…”.
Entonces el escenario rojo se torno en azul celeste, mientras una leve estela de humo blanco lo cruzaba rauda y sigilosamente, con lo cual, cuatro espigadas figuras ocuparon sus sitiales en el tablado; no recuerdo lo que la gente gritó, no recuerdo si aun sentía frió, no recuerdo los aromas y sinsabores de la noche, pues lo siguiente que recuerdo y que ocupa gran parte de la memoria en mi cerebro, son la serie de notas que Daniel Keslsser comenzó a tocar con su guitarra, mientras una quinta y última figura vestida de negro ingresó furtiva pero elegantemente en el escenario, como si de un gato de Angora se tratara: era Paul, el chico de la figura delgada, la piel amarilla, los ojos azules y los cabellos dorados, totalmente abrigado con una bella chamarra de cuello alto y un pequeño gorro de estambre; se frotó sus larguiruchas y blancas manos mientras de su boca se escapaba el tibio vaho que atesoraba su cuerpo, para luego ponerse a cantar: “Show me the dirt pile and I will pray, that the soul can take, three stowaways. You vanish with no guile and I will not pay, but the soul can wait, the soul can wait…”.
“PIONEER TO THE FALLS” fue la primera rola que interpretó el cuarteto de Nueva York, ahora bien, al tomar en cuenta eso y basándome en el setlist del COACHELLA 2007, pense que lo más seguro fuera que la siguiente canción interpretaran sería mi himno personal, “OBSTACLE 1”, y así fue, el cálculo era correcto, ya que tan pronto concluyo “Pioneer” los acordes se volvieron más violentes y Mr. Banks comenzó a decir: “I wish I could eat the salt off of your lost faded lips…”.
Aunque muchos entonaron animadamente “OBSTACLE 1”, yo me negué a violentar con mi fea voz el himno al desamor para percibir en todo su esplendor la melodía y la letra de tan bello cántico: “…but its different now that I'm poor and I’m aging, I'll never see this place again, you’ll go stabing yourself in the neck…”.
Después, las canciones que siguieron en turno fueron “NARC”, “SAY HELLO TO THE ANGELS” y “THE SCALE”; me falla un poco la memoria, pero creo que fue en alguna de las pausas de entre esas canciones que finalmente acaeció uno de los actos más esperados en la noche: Paul hablando en español para agradecer la presencia del publico a pesar del frió.
Las palabras de Paul en el español más claro que puedo concebir hasta el momento, pero con un acento fuerte y cantadito, me reincorporaron a mi entorno real, dejando por un momento el éxtasis en el que me había sumergido durante las cinco canciones ya interpretadas por la banda; lo primero que percibí fue nuevamente el cruento frió que bañaba Santa Fe y después los gritos de los ahí reunidos, la mayoría de alegría y éxtasis como yo, y algunos cuantos de suplicas, de peticiones de una canción.
Recuerdo que de entre todas aquellas voces que se confundían entre el cúmulo de ruidos, sobresalía la chillona y molesta vocecilla de una chica que gritaba: "¡NOT EVEN JAIL, NOT EVEN JAIL, NOT EVEN JAIL…”; aunque entendía el deseo de la chica por que tocaran su rola favorita, la verdad si era un poco perturbador estarla escuchando berrear ¡NOT EVEN JAIIIIIIIIIIL!, ésto continuo hasta que de plano otra voz igualmente chillona y desagradable, pero esta vez de un tipo, le contesto rudamente: “…ya callate…”, a lo que la chica respondió obviamente con un “…cállate tu pendejo…”, situación que provocó las risas de todos los que tuvimos la desfortuna de escuchar tan elegante discusión. Afortunadamente para la chica alguien en el cielo escucho sus suplicas, pues la mente de los integrantes de la banda fue iluminada, ya que antes de concluir el recital, INTERPOL interpretó la tan anhelada y momentáneamente polémica “NOT EVEN JAIL”.
Recuerdo que durante la presentación de THE RAPTURE estuve casi adelante del escenario, a pocas personas de la banda, pero conforme paso el tiempo, la masa de gente me obligó a repelerme cada vez más atrás, sin embargo luche por permanecer cercano a la línea primaria de gente, eso me provoco tener una vista espectacular del concierto de INTERPOL, muy adelante y casi al centro (hubiera estado al centro de no haber sido por la pinche vallita de contención); a pesar de este privilegio no pude captar buenas imágenes con mi cámara, pues la fuerte iluminación y los constantes movimientos de la gente a mi alrededor me impedían obtener buenas tomas, por lo que al fin desistí de tomar fotos y disfrutar más relajadamente del concierto. Otra cosa que no pude percibir en ese momento fue la enorme cantidad de gente que estaba detras de mi, casi treinta mil almas igualmente emocionadas; ahora que he visto las fotos panoramicas del concierto, la verdad me resulta algo verdaderamente surrealista y dificil de comprender, sin duda esa es la magia del rock, capaz de reunir a tanta gente tan diferente.
Con el pequeño problemita para tomar las fotos decidí grabar en mi memoria, lo mejor que pude, la manera en que Carlos, Daniel y Sam lucieron; Daniel tocó (como siempre) a la derecha de Paul, portando su clásico traje negro con su camisa blanca, pero además, también llevaba aquella noche un chaleco igualmente negro, recuerdo que cuando Daniel bailaba sin control por la emoción que le provocaba su propia guitarra, era fácil ver que sus pantalones tenían el dobladillo más arriba de lo normal o lo que manda la etiqueta para vestir un traje, pues cuando éste se paraba sobre las puntas de sus pies, el pantalón le quedaba como de “brinca charcos”, vaya, muy cortito; desde mi posición, a lo lejos de él, vi que Daniel es en verdad un hombre bajito, de pies pequeños pero un espíritu enorme, ya que ni Paul, ni Carlos o Sam pueden igualar la emoción que ese chico de barbita corta siente al estar parado en un escenario tocando su guitarra, y eso se noto a simple vista.
Por su parte Carlos, a la siniestra de Paul, vistió un abrigo negro y muy largo como últimamente lo ha hecho, y al igual que Daniel usó un chaleco y un pantalón ajustado y corto (de los tres sólo Paul vestía el pantalón de manera impecable), sin embargo, lo que llamaba la atención de mi bajista favorito, eran su bigotillo intensamente negro y los cientos de cigarros que se fumo para apaciguar su frió durante la noche. A Sam me fue más difícil verlo, Paul me lo tapó casi todo el concierto, sólo recuerdo que el viejo Sam uso un elegante sombrero que me pareció gris obscuro, aunque también pudo ser un efecto provocado por la iluminación, ya que pudo haber sido negro.
La sexta canción del setlist fue "MAMMOTH", que después de escucharla en vivo termino por convertirse en una de las que más canto hasta la fecha, pero fue con la siguiente rola con la que caí en un éxtasis cuasi divino, con la que penetre en la gloria y la ensoñación tan esperada, con la que alcance el más alto placer musical: “TAKE YOU ON A CRUISE”:
“I'm timeless like a broken watch
And make money like Fred Astaire
I see that you've come to resist me
I'm a pitbull in time
The pretence is not what restricts me
It's the circles inside
An anatomy of kisses
And a teacher who tries
And knows how we'll disappear
Would you like to be my Missus
And a future with child
You know we can't get back from here
We can get away…”
“TAKE YOU ON A CRUISE” fue para mi la mejor canción de la noche, inclusive mejor que mi querida “OBSTACLE 1”, “TAKE YOU” fue de la pocas canciones que me permití violentar con mis voz, pues la cante de principio a fin, más que por emoción fue por necesidad, por una intensa hambre de cantar la rola con la que estaba percibiendo las mejores sensaciones de la noche, esa rola fue mi muy intima revelación.
Cantar “TAKE YOU ON A CRUISE” me dejo extenuado, inclusive hasta sentía un poco de calorcito, esa rola fue un bálsamo que le devolvió las energías y los ánimos a mi alma. Aun no me recuperaba cuando precipitadamente llegó el siguiente impacto a mi corazón y mi mente: “NO I IN THREESOME”, la rola con que había sido recibido en mi habitación de hotel al encender la t.v. un día antes:
“…Now the windows are open the moon is so bright
There's no one can tell us what love brings, you and I
Sound meets sound, babe
The echoes they surround
And know that we need is one thing
Now what is there to allow
Babe, it's time we give something new a try
Oh, alone we may fight
So just let us be free, tonight…”
A “NO I IN THREESOME” le siguieron la coreadísima “SLOW HANDS” y la narcótica “REST MY CHEMESTRY”, para luego dar paso a una versión algo lenta de “THE HEINRICH MANEUVER”, situación que enfado un poco a mi amigo Abraham (a quien de plano olvide por complete todo el tiempo que duró la presentación de INTERPOL), pues él consideró que esa rola era para interpretarse rápidamente a fin de provocar que el publico bailara y saltara sin control, pero yo excuse a los de la banda con él alegando que los pobres tenían frió, más Paul que los demás, pues el pobre no dejo de frotarse sus manos y temblar en repetidas ocasiones.
Lo que siguió a “THE HEINRICH” fue otra de las coreadísimas y más esperadas de la noche por todos los ahí congregados: “EVIL”, la mítica, la inigualable, la excelsa, la poética, la semierotica.
“Rosemary
heaven restores you in life
you're coming with me
through the aging the fear and the strife
it's the smiling on the package
it's the faces in the sand
it's the thought that moves you upwards
embracing me with two hands
right will take you places
yeah maybe to the beach
when your friends say you come crying
tell them now your pleasure's set upon slow release…”
La canción previa al único encore de todo el MANIFEST fue la categóricamente polémica “NOT EVEN JAIL”, pues casi al final de esta rola (si mal no recuerdo) se fue la luz; el escenario completo fue invadido por una oscuridad penetrante, de cuyas profundidades únicamente era distinguible una voz que cantaba: “…Oh, but hell is still gone in your hair so free, Can't you feel the warmth of my sincerity? You make motion when you cry, You're making people's lives feel less pride. Don't take time away, You make motion when you cry…”
Amparados por la negrura, los INTERPOL abandonaron momentáneamente el escenario rojo, para retornar a él después de la necesaria serie de aplausos y los vítores que los muchos miles de chicos y chicas recitaban con todo cariño y emoción de la siguiente manera: "¡PAUL, PAUL INTERPOL, PAUL, PAUL INTERPOL!". Aun en la oscuridad la banda (como profesionales que son) regresaron a tocar “UNTITLED”, no sin antes escuchar nuevamente la hechizante voz de Banks diciendo más o menos lo siguiente: “…las luces están apagadas por razones tecnicas, pero nosotros seguimos aquí…”, frases que desencadenaron las alabanzas de casi todos y mi enamoramiento absoluto por esta banda de Nueva York, una verdadera profesional del rock.
Lo positivo de aquel error técnico (que me asegura que al MANIFEST aun le falta mucho para ser el COACHELLA mexicano) fue que en aquella oscuridad la banda me sonó muchísimo más imponente que con luz, no se, quizás fue el hecho de que al no poderlos ver tocar pude conectarme perfectamente con ellos, concentrándome únicamente en los sentimientos más puros que la música me producía. Tan drogado estaba con la rola que no se si la falla se soluciono durante ésta o en el tiempo que interpretaban la siguiente, que fue “STELLA WAS A DIVER AND SHE WAS ALWAYS DOWN”, la última gran canción de la noche previa al cierre que se hizo con “PDA”.
“…there's something that's invisible
there's some things you can't hide
try to detect you when i'm sleeping
in a wave you say goodbye…”
En lo personal me hubiera encantado que cerraran con “THE LIGHTHOUSE”, para mi habría sido el broche de oro perfecto, pero quien soy yo para cuestionar los designios de INTERPOL. Luego de “PDA” Paul dio las gracias a nombre del grupo y se despidió del publico. Ya todo estaba dicho, no había marcha atrás, INTERPOL había terminado su presentación, y aunque aun estaba feliz y excitado por haberlos visto y escuchado, un enorme vació comenzó apoderarse de mi corazón, un vació que muy bien sabía que únicamente sería llenado el día que los volviera a ver.
Pero al menos esa noche fría era un ser feliz, muy feliz, un ser purificado, con una claridad mental y unas energías por disfrutar como nunca de la vida, finalmente había comulgado con INTERPOL, y con eso para mi terminaba octubre y concluía el MANIFEST; mientras mi mente asimilaba las sensaciones y experiencias percibidas, mis piernas se dirigían a la salida, no había nada que obstruyera mi nueva meta, volver a ver a INTERPOL algún día.
FIN
THE RAPTURE
INTERPOL
3 comentarios:
Leer tu reseña a casi 3 meses de aquel glorioso concierto me ha, mmmm, no sè, supongo que conmovido es el termino, casi hasta las làgrimas, en verdad. Me recuerdo ahi, ahhhhhhhh!!!, que emoción y que melancolica. Que hermoso fue verlos ahi.
Uhhhhhhhh, take you on a cruise!!! me quedo sin palabras para describir aquel momento.
Solo de recordarlo mi rostro se ilumina por la felicidad, gracias por refrescar mi memoria y reavivar mi pasion, jajaja.
wow... he pasado toda la tarde leyendo tus reseñas del manifest... desde que llegaste a la ciudad hasta el momento en el que al fin viste a tu (nuestra) banda favorita, y sólo puedo decir que me transporte en el tiempo, hacia ese mágico día, y palabra con palabra iba recordando todo lo que viví y sentí aquel 27 de octubre del 2007, así que solo puedo agradecerte por invitar a mi memoria a recordar, y también quiero felicitarte por la manera tan linda que tienes de escribir.
interpol... pues tu ya lo dijiste todo, fue maravilloso!!!
Era la segunda vez que los veía, la primera vez (en el palacio de los deportes) no tocaron C'mere, y escucharla ese día fue de lo mejor que he sentido en mi vida, y aunque falto mi actual canción favorita... "pace is the trick" ... no tengo palabras para describir como afectó a mis sentidos ese concierto...
Otra cosa que quisiera agregar, es lo de las fallas "tecnológicas" según Paul... cuando se fué la luz, y tocaron UNTITLED... fue tan emotivo... mientras fumaba un cigarro, bañada por la luz de la luna llena, el frio calando los huesos, miles de personas sintiendo lo mismo... mi banda favorita tocando para mi en la oscuridad, la voz irreal de Paul, y en mi cabeza un solo pensamiento... "las luces estan apagadas... TURN ON THE BRIGHT LIGHTS!!!"
jajaja bueno creo que ya me extendí pero de verdad tu blog me ha inspirado...
Te mando un enorme saludo, y ya nos encontraremos en algún lugar, otra vez con INTERPOL!!! x)
^v^LILITH VENGEANCE^v^
Gracias por sus comentarios, yo al igual que ustedes, aun me emonciono al recordar aquel día...Nos vemos en el proximo concierto de Interpol en México.
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